sábado, 7 de agosto de 2010

Historia de Montaverner



Los primeros pobladores de los que hay constancia datan del neolítico y la Edad de Bronce. Estos se asentaron en el llamado “Tossal del Calvario”, la pequeña cima sobre la que se levanta la ermita, entre Colata y la población. También en 1978 fueron hallados en la Plaza Mayor restos de cenizas,procedentes de la edad de bronce.
Pero el hallazgo más significativo ocurrió posiblemente con la construcción de la ermita nueva de Colata en 1906. Fue allí donde se halló una columna de mármol rosa buscarró. A propósito de ella afirma la Enciclopedia de la Comunidad Valenciana:
“existió una vila romana con su tierra centuriada en cuadrículas, necrópolis adjunta y monumento a Hércules, jalonando el paso del río Albaida ” .
Si bien nos parece alejado, no olvidemos la situación geográfica de Colata. Un llano con fértiles huertas atravesado por el camino de Valencia a Alicante y el único paso del río en muchos kilómetros. Su mismo nombre, arabización del latín, hace referencia a ello, “donde el río se hace ancho”.
La piedra fue trasladada al huerto de la Casa Abadía, donde permaneció en las primeras décadas del siglo y posteriormente colocada en la entrada de la Iglesia Parroquial de San Juan y Santiago.
Decorada con una guirnalda es importante la inscripción, interpretada por el historiador Abel Soler en el libro La Vinya del Rei de la siguiente forma:
[HERC] VLI [SACRVM] IN HON[O]REM PMA [_][HERE]NNIA L F AVIT [APOSVIT]: “a Hèrcules en honor de Publi Ma..., Herènnia Avita, filla de Luci, ha erigit” .
Con la invasión musulmana España tras pasar de los romanos a los visigodos pasó a ser tierra árabe, dejando ellos la huella en los poblados de Colata y Vistabella y la Collatella, en territorio de Torralba, situado entre los términos de Otos y Montaverner.
Las alquerías de Colata y Vistabella, abandonadas después de la expulsión de los moriscos en 1609, pertenecían en los años previos a la Reconquista al Alcaid de Xàtiva, dela familia de los Banu’Isa. Con la llegada de las tropas cristianas, el rey Jaime I, en 1249 entregó la alquería de Colata a Eiximen d’Aür. En 1260 fue dominio de Domenec Xico, pasando en 1266 al caballero Martí Llop de Castellot y concediendo a Joan de Montso una casa del molino situado en la acequia de Colata en 1273. En 1421 vivían en esta alquería siete familias: Çaat Barida, Çaat Mundavar, Çaat Xagontí, Çaat Xafe, Abdal.là Morabit, Abrahim Moràbit i Mahomat Morabit. . Esta se redujo en 1493 a seis familias, aumentando a 10 en 1505. El poblado quedó abandonado con la expulsión en 1609 de las dieciocho familias moriscas, que emprendieron el dramático destierro desde el puerto de Denia. El Padre Sucias (1844-1917) escribirá siglos después:
“cuando nosotros visitamos Montaberner, estuvimos en el pueblo de Colata, y aún se ve la grandaria que tuvo éste. Vimos su iglesia y las casas moriscas convertidas en lagares y bodegas” .
Por otra parte durante el paréntesis cristiano que representó el reino del Cid (1094-1102) trajo consigo el paso del caballero medieval más mítico, D. Rodrigo Diaz de Vivar, el Cid. Fue en esta comarca donde estableció una fortaleza en la Peña Cadiella, en Beniatjar. En los últimos años se ha revitalizado el Camino del Cid, reconociendo de este modo su paso por nuestro pueblo. La web http://www.caminodelcid.org/Camino.aspx?Rama=19&Eje=1&Tramo=32 y http://www.caminodelcid.org/Camino.aspx?Rama=19&Eje=1&Tramo=30 encontrará el lector abundante información y mapas sobre este camino, posiblemente el más conocido después del Camino de Santiago y que recuerda el paso del caballero cristiano por las tierras levantinas.
Por otra parte el poblado de Montaverner no comenzó a existir hasta la fundación por parte del monarca. Así en 1270 Jaime I, hombre estratega y gran gobernante, visitó la población, estableciendo durante unos días el campamento posiblemente entorno a la plaza. Allí, fácil es imaginar al monarca, levantándose, asistiendo a la misa y estudiando con sus caballeros el territorio, a fin de establecer en él una población cristiana que asegurase los caminos y los dos ríos que a sus pies confluían buscando del Estrecho de las Aguas, el Jucar y ciudades tan significativas como Alzira, llave del Reino.
Un año después, el 26 de Agosto de 1271, otorgó la Carta de Población. Así lo escribe en el Llibre dels Fets:
I despres se n’anà a València, i nós anàrem amb ell fins a Villena; i ens pregà que ens hi quedàssem amb ell tres diez, i ho férem. I després prenguérem allí comiat d’ell, i ell se n’anà cap a Múrcia, i nós ens n’anarem a Xàtiva, des d’on passàrem a Dénia; i allí nós fundàrem un poble anomenat Orimbroi, unn altre a la vall d’Albaida, anomenat Montaverner.

De este modo estableció en la población recién fundada colonos procedentes de Barcelona. El pueblo pasó a ser pueblo del rey, si bien, con la revuelta de al-Azrac en 1276 quedó abandonado, estableciendo el rey Pedro I en 1281 nuevos pobladores bajo el dominio del Señor de Albaida, Conrad Llança. Éste representó un breve paréntesis, pues en 1296 volvió a ser pueblo de realengo, enmarcado en el término de Xàtiva i bajo dominio directo del monarca.
Y el “poble del Rei” fue creciendo y desarrollándose. El 4 de Marzo de 1534 fue desmembrada la iglesia de la Parroquia Asunción de Nuestra Señora de Albaida, dotándole de los anejos de Bufali y Colata, si bien el primero adquirió entidad propia en 1574. Como bien se ha afirmado anteriormente en 1609 son expulsados los moriscos. Y el 21 de Agosto de 1735, concluída la primera fase de la construcción emprendida en 1732, que alcanzaba hasta las actuales capillas de la Inmaculada y el Cristo, fue dedicada la nueva obra. Merced a esta celebración conocemos el perímetro del pueblo: Mayor, Forn, Fora, Font, Bot, Ontinyent, Porta del Sol, Alacant y Plaza.
“es forma la Processo que boltega tot lo Poble: ixque primerament de l'Esglesia per lo Carrer major avall, y boltegant per baix cassa el Dr. Phelix Marti entra per fora en lo Carrer dels Monzons; y estava ja en este Carrer lo Capita quant ixque N .Sr. de l'Esglesia despues passa per lo Carrer dels Penadesos, dit lo carrer de dalt, y per fora boltega a passar per los quatre cantons del carrer d'Alacant y d'alli atra volta en la Plassa” .
En 1789 en el libro de la Cofradía de la Virgen del Rosario se anotan las siguientes calles, manteniéndose el mismo trazado que en el primer tercio del siglo:
“Mayor, Monzons, Penadesos, San Vicente, Alicante, Molino, casa de Colata” .
Y en 1828 son citadas las calles:
“Plaza, Major, del Bot, s. Vicente, Alicante” .

Según la Enciclopedia de la Comunidad Valenciana en 1792 el pueblo alcanzó las 175 familias, en 1900 la población fue de 1009 habitantes.
Por otra parte el siglo XIX y XX trajeron consigo la construcción de la N 340 y los dos puentes emblemáticos, de estructura de hierro, siguiendo los avances de la época, fueron proyectados en 1872 y concluídos en 1890, los llamados Pont Curt y Pont Llarg, levantados sobre los ríos Albaida y Clarino, a pocos metros de la desembocadura del segundo en el primero. Por otra parte en 1893 la línea de ferrocarril Xàtiva-Alcoi llegó a Montaverner, convirtiendo la estación en muelle donde embarcaba el vidrio de L’Ollería.
Los últimos años del siglo XIX, siendo de gran desarrollo viario no lo fueron de estabilidad y paz, al menos de cara a la Iglesia. Así en el Archivo Parroquial encontramos un curioso poema, donde aparece por primera vez escrito el conocido dicho con el que se califica a los tunos, gentilicio utilizado para llamar a los vecinos de Montaverner: Montaverner que a los gitanos engañaste. Referencia que hace a la historia de un gitano que deseoso de tener un caballo blanco y no pudiéndole complacer el tratante de Montaverner, le pintó de blanco uno negro y se lo vendió. Al pasar por el río la pintura fue desapareciendo y con gran dolor exclamó el gitano esta expresión.
Pero leamos el poema escrito posiblemente por el párroco Dr. Manuel Martínez (1891-1893):
“Apoteosis de Montaverner

Jamas al mundo diste un genio.
Ni un solo talento, ni un doctor.
Diste cual otro laderal inmundo.
Diestros mil en materia de pudor.
Vive cual recuerdo en tu memoria.
Que a los jitanos engañaste un dia;
De tus hechos y criminal historia.
Cien Cruces nos legaron tu osadía.
Lejos de ti, la ciencia, y el progreso.
Siempre rrapaz, y nunca ospitalario.
Tu nombre sera digno de desprecio,
Baldón vil, del corazon humano.
Fria, cual el marmol tu conciencia,
¡Insensato! blasfemos de Dios Santo:
¡Voto al cielo! por que llegue el dia,
que humillado, le mires con espanto.
¿Que pretendes tú que así fustigas?
La virtud, la justicia, y el deseo
Miserable serás doquier que vivas;
Contigo sera siempre tú desdoro”
Aquello no debió mermar, pues de nuevo otro sacerdote deja constancia en los libros parroquiales de un incidente con la autoridad municipal. Es D. Vicente Espí (1895-1902), cura regente quien escribe:
“haver ordenado el alcalde que antes de cantar la hora, dejase de cantar el avé Maria Purisima, segun fue siempre costumbre en esta Vil•la, y los del pueblo lo tomaron tan a mal, que protestaron contra la impiedad y falta de Españolismo de este, negandose a dar la limosna que semanalmente daban al vigilante, el que tuvo la necesidad de retirarse de su oficio. Este mismo Alcalde fue el que siendo consejal en otra Fecha, propuso y logró rebajar el prespuesto consignado para la fiesta de los titulares y Corpus, dejan doce pesetas cincuenta centimos para cada una de ellas, y visto que aun esta misma cantidad se satisface tarde y mal, el que describe la desprecio generosamente” .
Debido a la crisis de la filoxera que afectó al municipio, el famoso “any 10” numerosos vecinos tuvieron que abandonar el pueblo y marchar a Argentina, donde se establecieron, algunos regresaron y otros murieron añorando su valle y su tierra valenciana.
En 1900 Mateo Martí emigra a Barcelona. Al regresar trae consigo maquinaria textil con lo que levanta una fábrica, situada al comienzo del actual via ducto. Esta se une a la primera fábrica tesxtil ubicada en la calle Mayor. Posteriormente se trasladó al término de Alfarrasí, en las actuales instalaciones, situadas en la proximidad del Pont Llarg, donde construyó una factoria dedicada a la hilatura y la fabricación de toallas, empleando a gran parte de la población de Montaverner y Alfarrasí.
Montaverner emprende la segunda década del siglo XX con una industria fuerte a la que se une el forraje con esparto de las garrafas de vidrio. Y así a finales del mismo logra casi duplicar la población, recibiendo inmigración de los tres continentes.
El comienzo del siglo XX también le es propicio, por cuanto se construye una nuevo puente, el viaducto sobre el río Albaida, metros abajo de la confluencia del Clariano, otro puente en la CV 60 posibilita una nueva entrada al pueblo por el Este, unida al núcleo urbano por el Polígono Industrial La Cava, que convierte a principios del siglo el pueblo en un nucleo logístico, merced a las nuevas comunicaciones que abren la comarca mediante la autovía CV 60 al Puerto de Gandía y la Autovía Central CV 45 a la capital de la Comunidad Valenciana y por extensión a la red de autopistas de Europa.

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